POLLY: Hola, Dave, ¿cómo estás?
DAVE: Pues, mi autoestima no anda muy bien hoy. Me siento más bien un inútil. ¿Tú crees que soy un inútil?
POLLY: No, no sé. Sólo trataba de ser amable.
DAVE: Tú sabes que mi esposa me dejó. Se casó con mi padre. Él tiene 80, pero ella lo prefiere.
POLLY: Uy, qué pena oír eso. ¿Algún restaurante que recomiendes? Mi tía Helen anda por aquí.
DAVE: Estoy pensando en salir a buscar el libro Final Exit. ¿Así se llama? ¿Tienes un ejemplar?
POLLY: Uf, no, yo nunca leo libros. No tengo tiempo.
DAVE: Yo tengo mucho tiempo ahora que me corrieron.
POLLY: Ay, no sabía que te habían corrido. ¿Qué pasó?
DAVE: Pues que era incompetente. No sé por qué me contrataron.
POLLY: ¿Exactamente cuál es tu profesión?
DAVE: Bueno, no es fácil de precisar.
POLLY: Pues olvídalo entonces, no quiero saber. ¿Y me imagino que tampoco puedes recomendar un restaurante?
DAVE: Perdí las ganas de comer. No estoy durmiendo. Pierdo peso y se me cae el pelo.
POLLY (Lo mira): En fin, pienso que esto no es una especie de ayuda psicológica que estés pidiendo, pero básicamente lo que pasa es que es un mal día para ti y seguro que mañana vas a sentirte mejor. Y sabes qué: tu esposa, pues es una porquería, te libraste de ella. Tu padre, pues qué sexy para ser un viejo de 80 años. Y tu trabajo, al fin que ni te gustaba. Y ya necesitabas bajar de peso. Así que toda esta pérdida de sueño y pérdida de peso son de veras muy atractivas. Y mañana vas a verlo diferente. Bueno, adiós. (Sale.)
DAVE (Diciéndole en voz alta): “Mañana voy a verlo diferente”. ¡Mañana voy a estar muerto! Hey, y todavía no acabo de hablar contigo. (Pausa). Pensé en un restaurante buenísimo. (Pausa). Pero no voy a decirte el nombre. Hasta luego. Me libré de ti. (Pausa. A sí mismo, con algo de alivio.) Y mañana me muero. Y ya. (Fin.)
Fuente: Christopher Durang, Twenty-Seven Short Plays. A Smith and Kraus Book, 1995.