Los gauchos de Ascasubi miraban a los gringos con desconfianza, con un menosprecio burlón mezclado de resentimiento. Y lo mismo Martín Fierro (“Yo no sé por qué el gobierno/ nos manda aquí a la frontera/ gringada que ni siquiera/ se sabe atracar a un pingo […] No hacen más que dar trabajo/ pues no saben ni ensillar// Y eso sí en lo delicaos/ parecen hijos de rico”).
Gauchos. La madrugada de Año Nuevo de 1872 un grupo de treinta o cuarenta asaltó el pueblo de Tandil, en la provincia de Buenos Aires.