Aunque la reducción de la pobreza en México es una buena noticia, hay que poner atención a las medidas adoptadas por el gobierno para asegurar el acceso a diversos servicios, sobre todo el de salud, a toda la población. De poco sirve tener menos pobres, si estos no tienen cobertura asegurada.

Si bien la pobreza entre los adultos mayores se redujo significativamente, gracias a la Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores (PBAM), estas pensiones representan un gasto que compromete la sostenibilidad fiscal en el largo plazo.

Los gobiernos pueden asegurar la responsabilidad fiscal de los municipios mediante sistemas de monitoreo que revisen periódicamente sus finanzas, establezcan límites a la deuda y fomenten la rendición de cuentas.

Unas palabras, a modo de homenaje, para la figura de Juan Pablo Jiménez y sus aportes al federalismo fiscal practicado, sobre todo, en América Latina.

Entre 2018 y 2024 México retrocedió en cobertura, protección financiera y equidad territorial en salud. Aunque la pobreza pudo reducirse, lo cierto es que existen millones de personas que siguen sin acceso a servicios de salud. Todo por una promesa que ni AMLO ni el morenismo supieron cumplir.