En nombre del pragmatismo, el oficialismo se arroga el derecho de integrar a figuras antes impresentables, mientras acusa de purismo a quienes exigen coherencia. Esta estrategia no sólo clausura el disenso, sino que transforma los principios fundacionales en dogma. Armando Luna Franco, estudiante de Doctorado en Ciencia Política en El Colegio de México, se pregunta en este episodio: ¿hasta dónde puede sostenerse una legitimidad basada en la contradicción?