La crisis de los centros de rehabilitación en México ha expuesto una realidad alarmante: sin regulación ni supervisión, muchos anexos se han convertido en espacios de abuso, violencia y muerte. La rehabilitación se distorsiona en castigo, y la impunidad, en norma. José Álvarez Reyes, politólogo por el CIDE, analiza cómo la negligencia estatal y la opacidad institucional han permitido que estos lugares operen al margen de la ley, poniendo en riesgo vidas y perpetuando un ciclo de abandono y muerte.