En el mundo actual, la justicia ya no se decide únicamente en los tribunales; también se debate, se exige y se sentencia en la prensa y las redes sociales. Cuando un caso se hace mediático, se pone en juego mucho más que la legalidad: emergen emociones colectivas, juicios morales y narrativas que influyen en la percepción pública del delito y del castigo. El tan sonado caso de Fofo Márquez es un claro ejemplo; pues expone las tensiones entre el punitivismo, la masculinidad violenta y el impacto de los juicios mediáticos. ¿Hasta qué punto la viralización de un crimen influye en su proceso judicial? ¿Cómo la indignación colectiva refuerza o distorsiona nuestra idea de justicia?